Sobre el Libro

Hace 15 años comencé a viajar a Tierra del Fuego todos los años, atraído por los recuerdos de mi infancia y por sus increíbles paisajes. Poco a poco complementé estos viajes con mi afición por el dibujo, buscando descubrir a través del croquis aquello que se oculta a la fotografía y que solo se revela por la seducción del dibujo. Este ejercicio me regaló con el tiempo los más profundos secretos del fin del mundo, lugares y paisajes absolutamente desconocidos para el ser humano de hoy y que sólo pueden ser representados en su real magnitud, por algo tan ancestral y místico como el dibujo. En efecto, el dibujo es una representación abstracta de la realidad, pero es también probablemente la primera forma de lenguaje del ser humano, después de las señas y los gestos corporales. Éste comunica, pero además deja un rastro inconfundible para la interpretación en el tiempo.

Con el tiempo mis viajes se tornaron más audaces, visitando lugares de difícil acceso, intentando llegar un poco más allá, a zonas más alejadas, desconocidas y remotas.

Cada año que pasó leí un poco más sobre la historia de Tierra del Fuego y aprendí de Martín Gusinde, Anne Chapman, Thomas Bridges y Alberto de Agostini, entre otros, que se trataba de una tierra habitada ancestralmente por un pueblo extraordinario y que desarrolló una admirable cultura.

Los monumentos naturales retratados en este libro muestran paisajes inéditos, con nombres del pueblo ancestral Selk ́nam, que les devuelven a esta cultura sus lugares, para perpetuarlos y ojalá jamás volver a borrarlos de la memoria, por lo menos en estos dibujos. / (Extracto resumen de texto introductorio).